lunes, 30 de noviembre de 2015

El Dilema Islámico: ¿Debemos Temer a La Religión De La Paz?

Discurso de Hazrat Mirza Masrur Ahmad, líder mundial de la Comunidad musulmana Ahmadía, a los invitados alemanes en el segundo día de la Convención Anual (Yalsa Salana) de Alemania.
Tras la recitación del TashhahudTa’awwuz y Bismillah, Hazrat Mirza Masrur Ahmad,Jalifatul Masih V, dijo:
“A todos los invitados: Assalamo Alaikum Wa Rahmatullahe Wa Barakatohu, que la paz y las bendiciones de Al-lah sean con ustedes. En primer lugar, me gustaría expresar mi sincera gratitud a todos los invitados no áhmadis que están participando en esta Convención Anual a pesar de no ser miembros de nuestra comunidad.
Hoy, durante mi discurso, hablaré brevemente acerca del fundador del Islam, el Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él) y su incomparable esfuerzo por establecer la paz en el mundo. Es posible que os sintáis sorprendidos o estupefactos al oír esto, ya que actualmente vemos que muchos supuestos “musulmanes” están destruyendo la paz del mundo y tratan de justificar sus actos extremistas en nombre del Sagrado Corán y del Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él). Al mismo tiempo que perpetran el terror y la violencia más crueles, reclaman que están actuando según las verdaderas enseñanzas del Islam.
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De nuevo os sentiréis sorprendidos cuando escuchéis que el desorden y el extremismo que están causando estos supuestos “musulmanes” en el mundo no hace sino incrementar mi fe en el Islam, al igual que la fe de cada musulmán áhmadi. Es posible que esto os resulte confuso, y os preguntéis por qué aumenta la fe de los musulmanes áhmadis al presenciar actos terroristas de otros “musulmanes”. Quizá penséis o temáis que los musulmanes áhmadis son semejantes a aquellos otros que apoyan el terrorismo. Sin embargo, esta suposición es totalmente falsa.
Por tanto, dejadme aclarar en primer lugar que los esfuerzos de los musulmanes áhmadis por promover la paz en el mundo son completamente sinceros, y siempre tratamos de practicar aquello que predicamos. Somos iguales por dentro y por fuera, y vivimos nuestras vidas según lo que nuestros corazones consideran que es el verdadero Islam. También me gustaría aclarar que cuando un musulmán áhmadi promueve enseñanzas de paz, seguridad y amor para todos, no está presentando nada nuevo sino que únicamente manifiesta las verdaderas enseñanzas del Islam. El Islam es una religión de paz, armonía, tolerancia y compasión en todas sus facetas.
En verdad que sólo por las enseñanzas del Islam los musulmanes áhmadis muestran sentimientos de amor a todas las personas, ya sean musulmanes o no musulmanes. Y el Islam es la única razón por la que deseamos la paz verdadera en el mundo, y hacemos todo el esfuerzo posible por conseguirlo. En cuanto a lo que he comentado anteriormente, no deseo mantener, sin razón, la confusión o la curiosidad respecto a este dilema o contradicción aparente, en el que por un lado los musulmanes áhmadis dicen que condenan los actos terroristas de los demás “musulmanes”, mientras que por el otro dicen que tales actos son un medio para incrementar su fe en el Islam.
Para poder aclarar y explicar esto, me gustaría retrasar el reloj 1400 años, hasta la época del fundador del Islam, el Santo Profeta Muhammad (la paz sea con él). En aquella época él hizo una gran profecía sobre el futuro. Dijo que una época de oscuridad espiritual se abatiría sobre los musulmanes y que su fe se volvería corrupta. En dicha época las acciones de los musulmanes estarían en contradicción con las enseñanzas originales del Islam. Advirtió que los supuestos clérigos religiosos musulmanes y sus líderes interpretarían las enseñanzas islámicas de manera errónea, y su actitud sólo conduciría a la propagación del desorden y la injusticia. Sin embargo, al predecir este estado desesperado de los musulmanes, el Santo Profeta (la paz sea con él) también dio la buena nueva de que en esa época de desorden y discordia, Al-lah el Todopoderoso enviaría a una persona que  reviviría el Islam y promovería sus verdaderas enseñanzas. Sería enviado como el Mesías Prometido y el Imam Mahdi (el Guiado) y restablecería las enseñanzas pacíficas y originales del Islam por todo el mundo. Guiaría a la humanidad con la luz espiritual verdadera del Islam.
Por la Gracia de Al-lah, hoy podemos ver como ambas partes de esta gran profecía se han cumplido. Mientas que por un lado, el Islam se ha corrompido y sus enseñanzas se han distorsionado, por otro lado, Dios Todopoderoso ha enviado al Mesías Prometido e Imam Mahdi que fundó la Comunidad musulmana Ahmadía, Hazrat Mirza Ghulam Ahmad (la paz sea con él). Durante su vida iluminó al verdadero Islam y presentó sus magníficas enseñanzas al mundo. Mostró que el Santo Profeta (la paz sea con él) fue, en verdad, el más sobresaliente abanderado de la paz en la historia de la humanidad. Por lo tanto, la razón por la cual la fe de los musulmanes áhmadis aumenta al ver los horribles actos de los supuestos musulmanes de hoy en día es el cumplimiento de esta gran profecía.
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Tras esta introducción, me gustaría presentar brevemente las verdaderas enseñanzas del Santo Profeta (la paz sea con él) que manifiestan sus esfuerzos incomparables por establecer una paz duradera en el mundo. Un punto básico e significativo que el Santo Profeta (la paz sea con él) nos enseñó es que las actitudes y las prioridades varían de persona en persona. Mientras que es cierto que la mayoría de la gente desea la paz, también es cierto que muchos individuos sólo dan preferencia a su propia paz y seguridad. No tienen en consideración el bienestar de los demás. El estudio de la psicología humana nos enseña que mientras que cada individuo desea poder vivir en paz y comodidad, la mayoría de las personas no desean que sus oponentes o enemigos puedan vivir en paz y con alegría.
También es cierto que la gente valora de forma diferente a la paz. Por ejemplo, algunas personas sólo se preocupan por la paz y el bienestar de su propia mente y corazón. Otras dan prioridad a la paz de su hogar, mientras que otros desean la paz en su vecindad. Algunas personas priorizan la paz de sus pueblos o ciudades, mientras que otras desean la paz de su nación. Pero fuera de su propio entorno, muchas personas no tienen consideración alguna respecto a lo que sucede a los que viven en ciudades o países diferentes. No sienten compasión ni afecto por las personas de otras partes del mundo que padecen aflicciones y sufren tribulaciones.
En épocas anteriores, esta falta de sensibilidad y de empatía podía justificarse por el hecho de que las diferentes naciones y sociedades no estaban interconectadas como lo están ahora. Los medios de comunicación eran mucho más limitados y las noticias de la situación de un país o una región tardaban una eternidad en llegar. Durante ese periodo, las noticias se volvían habitualmente obsoletas y la situación había cambiado de nuevo. Por tanto, en aquellos tiempos, era muy difícil sentir aflicción por los demás y tratar de ayudar a la gente en zonas remotas. Sin embargo, actualmente el mundo es muy distinto, y ya se ha transformado en una aldea global. Pero a pesar de que el mundo se ha unido y las distancias y las barreras de comunicación han desaparecido, continúa negándose el hecho de que estamos todos unidos.
Por ejemplo, hay muchas personas que creen que la situación de Oriente Medio o África no tiene relación con los que viven en Europa o América del Norte. De manera similar, muchos habitantes de Australia o del Extremo Oriente continúan pensando que el desorden que prevalece en otras partes del mundo, como el conflicto entre Rusia y Ucrania, no tendrá ningún impacto en sus vidas o en sus países. En general, se continúa pensando que el desorden creciente y la ansiedad que percibimos hoy en día se limitan a las regiones afectadas y su impacto no se extenderá muy lejos.
Sin embargo, dicho esto, hay una cuestión candente que está originando un cambio en las actitudes y en el entendimiento. La cuestión a la que me refiero es la inmigración y el problema más generalizado de la integración. En distintos países vemos como ha crecido la frustración y la desazón entre los jóvenes procedentes de comunidades inmigrantes. Algunas de estas frustraciones llegan a tal extremo que algunos jóvenes inmigrados se han radicalizado y unido a grupos extremistas. Esto provoca un verdadero temor, pues los países desarrollados se están dando cuenta de que entre sus propios jóvenes hay algunos que son influenciados negativamente y se convierten en un peligro para la nación.
Como respuesta, los gobiernos y las fuerzas policiales de los países desarrollados están tomando medidas para restringir el ámbito de vida de personas de origen asiático pensando que esto garantizará la seguridad y la protección de la sociedad y población local. Sin embargo, este es un método incorrecto y no es la solución adecuada a problemas tan serios. Más bien lo que se requiere es una solución real e integral. En este sentido, quiero señalar que el Santo Profeta del Islam (la paz sea con él) nos ha dado la solución y la respuesta a estos problemas.
A través de sus ilustres enseñanzas nos ha concedido las llaves doradas de la paz. Ha explicado que la paz mundial no se podrá obtener nunca a través métodos ordinarios o centrándonos sólo en aspectos materiales. Nos ha enseñado que sólo hay un medio para que todas las personas, musulmanes o no, se vean liberadas del desorden y protegidas de las llamas ardientes del odio y la desesperación.
Dijo que para que se establezca la verdadera paz, la humanidad debe reconocer a su Creador y someterse a Él. El Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) advirtió que llegaría una época en la cual los propios musulmanes se olvidarían de las verdaderas enseñanzas de su religión; no prestarían atención al Ser Supremo, y su fe sería ‘pura palabrería’. Asimismo, la gente de otras religiones también fracasarían en reconocer al Ser Supremo, y que aquellos que no creen en la religión también claudicarían a la hora de reconocer la existencia de un Ser Supremo.
Y el Ser Supremo sobre el que habló el Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) es el Dios Creador del universo entero. Es el mismo Dios que, a través de Sus numerosos atributos, es ‘Salaam’  – es decir, ‘la fuente de Paz’. Por tanto, en el capítulo 59, versículo 24 del Sagrado Corán, Al-lah ordena al Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) que informe al mundo que debe consagrarse al Dios Soberano, el Santo y Fuente de Paz. El significado de ‘Salaam’ es Aquel que proporciona paz al mundo, y es la luz de la que emana toda la paz.
Por tanto, como verdadera Fuente de toda la paz, Dios desea una existencia de paz y armonía para toda la humanidad. De igual manera que los padres no desean que sus hijos se peleen o discutan el uno con el otro y causen alboroto en su hogar, de la misma forma, Al-lah el Todopoderoso no desea el desorden ni el conflicto entre Su Creación. Los padres siempre aman más a aquellos de sus hijos que son bondadosos y pacíficos y de igual forma, la ley suprema de un país favorece a los amantes de la paz.
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De igual forma, según nuestras creencias, Al-lah el Todopoderoso ama a los que son capaces de controlar sus emociones y son seres pacíficos. Si reflexionamos sobre este punto queda perfectamente claro que los supuestos “musulmanes” que siguen ideologías extremistas están totalmente equivocados cuando declaran que Al-lah el Todopoderoso desea que los musulmanes se involucren en una Yihad de la espada o en una masacre.
Las guerras que se combatieron durante la época del Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) deben situarse en su contexto adecuado. Es incuestionable que durante los primeros años del Islam, el Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) y sus seguidores fueron perseguidos brutalmente y sufrieron una oposición despiadada. Tras años de represión, Al-lah el Todopoderoso permitió al Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) combatir una guerra defensiva en contra de sus agresores no-musulmanes. Este permiso se concede en el capítulo 22, versículo 40 del Sagrado Corán donde Al-lah dice que Él concede este permiso porque la guerra se les había impuesto a los musulmanes, y no les quedaba por tanto otra opción que defenderse y responder.
En cuanto a la razón por la que era necesaria una respuesta, Al-lah el Todopoderoso lo aclara en el siguiente versículo: el versículo 41. Al-lah dice que los crueles opresores habían expulsado a los musulmanes de sus casas y que si Él no les hubiese permitido detener la persecución y la agresión de sus déspotas, entonces ninguna persona hubiera podido vivir en paz. Si los musulmanes no se hubiesen defendido, ninguna persona religiosa, ni cualquier otra, hubiera podido vivir desde entonces con seguridad.
En el mismo versículo Al-lah dice que si los musulmanes no se hubiesen defendido, entonces ninguna iglesia hubiera permanecido a salvo, ni las sinagogas, ni los templos, ni las mezquitas,  a pesar de ser estos unos lugares de adoración en los cuales la gente se reúne para proclamar el nombre de Dios, para promover la paz y para erradicar toda forma de mal de sus corazones y de sus mentes. Por ello, Al-lah permitió que se detuviera a los opresores que libraban las guerras, porque si no, todos los lugares de adoración y de paz del mundo quedarían destruidos.
Por tanto, Al-lah permitió al Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) librar una guerra defensiva con el único propósito de acabar con la crueldad y la injusticia. Se le concedió permiso para detener a aquellos que deseaban usurpar los derechos básicos y libertades de todas las personas. Se le concedió permiso para detener a aquellos que trataban de destruir los cimientos de la libertad religiosa.  Y se le concedió permiso, no sólo para defender el Islam, sino para defender a todas las religiones y a todas las formas de credo.
También aprendemos de este versículo que las mezquitas y los lugares de adoración de otras religiones se edifican para constituirse en faros de paz que promueven enseñanzas de amor y compasión; nunca para fomentar el extremismo o el odio de cualquier tipo. Además, en el capítulo 8, versículo 62 del Sagrado Corán, Al-lah el Todopoderoso otorga al Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) una enseñanza verdaderamente bella que muestra a los musulmanes como establecer la paz y la seguridad incluso durante el estado de guerra o de conflicto.
En este versículo, Al-lah dice que si tu enemigo tiende la mano en son de paz, o buscando la reconciliación, debes aceptarla sin demora y confiar en Al-lah desde ese momento. Por tanto, se ordena a los musulmanes que confíen en Al-lah, en vez de hacer suposiciones sobre si el enemigo les está engañando, o no está siendo sincero en su deseo de reconciliarse. Al-lah ha enseñado a los musulmanes que siempre deben tratar de crear vínculos con los demás donde les sea posible, y deben promover la paz con los que no son musulmanes, o con los que no creen en Dios, o incluso con los que guardan enemistad en sus corazones en contra del Islam.
En verdad, Al-lah ha ordenado a los musulmanes que agarren firmemente con ambas manos cualquier oportunidad de rescatar la paz, en aras de conseguir la armonía en el mundo. Además, el Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) también nos hizo llegar el mandamiento que Dios le dio en el capítulo 41, versículo 35 del Sagrado Corán en el cual Al-lah el Todopoderoso dice que debéis responder a la maldad con la bondad y la piedad por el bien de la paz. La sabiduría que encierra es que si respondéis al odio con amor, entonces estáis creando la oportunidad de que surja la unión y la amistad sincera desde la profundidad del odio y de la división.
¡Es una enseñanza realmente bella! Ciertamente, hay incontables ejemplos que muestran cómo el Santo Profeta (la paz de Dios sea con él) impartió enseñanzas de paz, reconciliación, seguridad y amor; y he mencionado tan solo algunas de ellos. Demuestran que el Dios del Islam – es decir Al-lah el Todopoderoso – es Aquel que desea la paz, la compasión y el amor a Su creación.
Por lo tanto, aquellos que creen que las enseñanzas del Islam promueven el extremismo o el odio deben erradicar estos temores o malentendidos de sus corazones y mentes de una vez por todas. La culpa del derramamiento de sangre y de la violencia irracional que vemos hoy en día no guarda relación con el Islam y sus enseñanzas, sino que es el resultado de los actos de ciertos supuestos “musulmanes” que están llenos de odio y egoísmo, y que han corrompido  la verdadera esencia del Islam con el único propósito de satisfacer sus intereses particulares.
Hoy, según las promesas de Dios Todopoderoso, tan solo la Comunidad musulmana Ahmadía está iluminando al mundo con las verdaderas enseñanzas del Islam. Esta es la razón por la que cada año cientos de miles de gente pacífica – tanto musulmana como no musulmana – se están uniendo a la Comunidad musulmana Ahmadía. Se hacen musulmanes áhmadis con el único deseo de obtener el amor de Al-lah, y con el objetivo de obtener una satisfacción y paz verdaderas.
No son como aquellas personas frustradas, que no son capaces de controlar sus emociones ni sus reacciones y que por eso se unen a los grupos extremistas que están destruyendo injustamente el nombre puro del Islam en el mundo. Cuando hoy en día se retrata al Islam de manera equivocada, nosotros los musulmanes áhmadis no nos sentimos desamparados ni desanimados. Creemos firmemente que tendremos éxito, y que un día la realidad del Islam amanecerá sobre el mundo, y la gente de todas las naciones comprenderá sus bellas enseñanzas.
Con estas palabras me gustaría concluir expresando de nuevo mi sincera gratitud a todos vosotros por haberos tomado el tiempo para uniros a nosotros hoy, y escuchar lo que os tenía que decir. Que Al-lah os bendiga a todos. Muchas gracias.”

Siete preceptos de las naciones

Según la tradición del judaísmo, los Siete preceptos de las naciones o Siete leyes de los hijos de Noé (en hebreo: שבע מצוות בני נח, Sheva Mitzvot Benei Noaj) son el número de mandamientos básicos y de origen divino entregados al primer hombre, Adán, y ratificados a Noé y a Moisés en el Monte Sinaí, a los cuales deben obedecer los hijos de Noé (toda la humanidad). Son citados en el Talmud (Sanhedrín 56a/b) como: un mandamiento positivo con respecto a establecer cortes de justicia y seis prohibiciones en contra de la idolatría, la blasfemia, el asesinato, la conducta sexual impropia, el robo, y el comer carne de un animal vivo.

Historia[editar]

"La tierra era corrupta ante el Creador y estaba llena de violencia. Y el Creador vio la tierra y observó que era corrupta, porque toda carne había corrompido su sendero en la tierra. Y el Creador dijo a Noé: 'El final de toda carne ha llegado. La tierra está llena de violencia por su causa y por eso, los destruiré a ellos con la tierra...'" Así comienza la historia de la destrucción del mundo en los tiempos de Noé. solo él y su familia fueron salvados del Gran Diluvio y cuando emergieron del arca que habían construido, Hashem (Dios) celebró un nuevo pacto con ellos y en consecuencia con toda la humanidad. Bendijo a Noé junto a su familia y los instruyó en los senderos del nuevo orden, declarando: "Ahora te he dado todo.... Y por eso, de la sangre de vuestras almas voy a pedir cuentas...." Noé es el ancestro de la humanidad actual y al ser depositario de los siete preceptos universales (él, su mujer, sus tres hijos y tres nueras), por extensión su descendencia entera está sujeta a los tales.
El pacto del arco iris y la entrega de los siete preceptos fueron anteriores a la entrega de la Torá a Moisés por parte de Dios, por eso tanto los israelitas como las demás naciones se guiaban por estos siete preceptos básicos. Los mismos patriarcas de Israel: AbrahamIsaac y Jacob se rigieron por estas sencillas normas como se puede observar en el libro del Génesis.

Talmud[editar]

El Talmud es una de las fuentes principales de los 7 preceptos. Las distintas autoridades rabínicas discutieron el tema en relación a estos mandamientos y su aplicación, principalmente a los gentiles que vivían bajo dominio judío. En el tratado de Sanedrín se dictamina: "Nuestros Rabinos enseñaron: siete preceptos fueron ordenados a los hijos de Noé: las leyes sociales; que se abstengan de la blasfemia, la idolatría, el adulterio, derramamiento de sangre; robo y comer carne cortada de un animal vivo" (Talmud Sanedrín 56a).
En el Talmud hay muchos otros tratados donde se discuten las 7 leyes, su observancia y aplicación, así como su origen y trasfondo teológico.

Base teológica[editar]

De acuerdo a la tradición judía, el Decálogo o los Diez Mandamientos (aserciones en realidad, que son una síntesis de los 613 mitzvot) se aplica únicamente a los judíos; al resto de la humanidad corresponde observar las "Siete Leyes de Noé", con sus respectivas derivaciones.
El término noájida indica la universalidad de estas ordenanzas, ya que toda la humanidad desciende de los tres hijos de Noé que sobrevivieron al diluvio.
Según el judaísmo existen dos vías para agradar a Dios: por medio de los preceptos judíos o los siete preceptos noájidas. El primero es para la nación de Israel mediante 613 mitzvot o mandamientos (que incluyen también estos siete preceptos de las naciones) y el segundo para los gentiles, quienes tienen que acatar los preceptos dados a Noé y sus hijos después del diluvio y ratificados en la entrega de la Torá en el Monte Sinaí.

Aplicabilidad y observación de las Siete leyes de los hijos de Noé[editar]

1. Seis de las Siete leyes de los hijos de Noé son prohibiciones.
2. Los hombres y las mujeres son iguales en la observancia de estos preceptos.
3. La persona es responsable, ante las Siete leyes de los hijos de Noé, a la edad de 13 años los varones y 12 las mujeres.
4. Es una máxima dentro de la observancia de las Siete leyes de los hijos de Noé que: “El desconocimiento de la Ley no exime de su cumplimiento.”
5. Los noájidas tienen permitido:
  • Cruzar especies, tanto de plantas como de animales.
  • Vestir o usar Shaatnez (tela hecha de lino y lana al mismo tiempo).
  • Plantar diferentes semillas en un mismo campo de cultivo.
6. Además de lo anterior un noájida también puede observar cualquiera de los 613 mandamientos de Israel a condición que sea permisible y adecuado para el servicio noájida, por lo que debe ser previamente consultado con un maestro judío que posea los conocimientos necesarios y se encuentre calificado para guiar a un noájida; pero está estrictamente prohibido realizar los preceptos que están prescritos únicamente para el pueblo judío como:
  • Observar el Shabat a la manera de los judíos (descansando de las acciones que fueron necesarias para la construcción del Tabernáculo durante el Éxodo de Egipto).
  • Observar las festividades judías a la manera de los judíos (descansando de forma similar al Shabat).
  • Estudiar aquellas partes de la Torá que no se aplican al servicio noájida para con Dios.
  • Escribir un rollo de Torá (los Cinco Libros de Moisés) o recibir una aliyá a la Torá (i.e., leer una porción de la Torá en una reunión pública).
  • Hacer, escribir o vestir tefilín, las filacterias que se usan durante el rezo judío y que contienen porciones de la Torá.
  • Escribir una mezuzá, un pergamino particular que contiene porciones de la Torá, o instalarla en el marco de la puerta de acceso al hogar de uno.
  • Vestir kipá excepto cuando se rece o se esté en una sinagoga, así como en cualquier momento está prohibido llevar tzitzit ya que estos son exclusivos del pueblo judío.
7. Los noájidas tienen prohibida la innovación en la religión (como crear festividades).

Desglosados por precepto[editar]

1. Prohibida la idolatría
  • El precepto enseña que no se debe servir cosa creada alguna y que se es culpable de transgredir este precepto aun si después se retractase.
  • La trasgresión de este precepto no tiene efecto hasta que no se venera/adora al ídolo a la manera que los idólatras usualmente lo adoran.
  • No se debe leer, pensar o incluso hablar acerca de la idolatría o de los procederes de las religiones idólatras.
  • Preferiblemente es necesario, y hasta loable, morir antes que cometer idolatría.
  • Está prohibido todo lo relacionado con un ídolo; alimentos ofrecidos al ídolo, telas, utensilios, vestiduras etc.; todo lo ofrecido o que haya estado en contacto con el ídolo a excepción de que haya preparado con la intención de ofrecerlo pero aún no se haya llevado a cabo el ofrecimiento.
  • Está prohibido confeccionar ídolos o imágenes que uno mismo o alguien más pudiera utilizar para la idolatría ya que si no es adorado por ti aun así transgrede el precepto.
  • Está prohibido hacer o pensar nada que parezca o haga pensar a alguien que se es idólatra.
  • Es un mandato el destruir todos los ídolos, todas las cosas utilizadas para servirlo y todo lo que ha sido confeccionado o edificado a causa de ellos, así como cualquier beneficio que del ídolo se haya obtenido arrojándolos al mar.
  • A consecuencia directa del punto anterior está prohibido obtener cualquier beneficio de una casa idólatra; su olor, sombra, resguardo y/o cualquier otra cosa que provenga de ella. Siempre se deberá guardar una distancia de no menos de 2.5 metros de una casa idólatra.
  • Las imágenes en tres dimensiones están prohibidas por lo que, como consecuencia directa de lo anterior, está vedado hacer esculturas.
  • A los falsos profetas y/o personas que reciban mensajes falsamente de la Divinidad les corresponde la pena capital.
  • Están prohibidas la hechiceríaadivinaciónastrologíacartomancianecromancia, consultar espíritus y fantasmas.
2. Prohibida la blasfemia
  • La blasfemia es el único medio por el cual se puede transgredir las Siete leyes de los hijos de Noé solo con la facultad de hablar por lo que es considerada como peor que la idolatría.
  • Se debe tener siempre cuidado al hablar sobre temas divinos por lo que es recomendable evitar los atributos descriptivos para referirse a Dios.
3. Prohibido el asesinato
  • Quien mata a un ser humano, aun dentro del vientre de su madre (40 días después de la concepción) recibe la pena capital. Excepto en el caso que la vida de la madre esté en peligro.
  • Prohibida la eutanasia y el suicidio
  • La muerte por proteger a alguien está prohibida excepto si uno mismo es el agredido.
  • Está prohibido contratar a un sicario.
4. Prohibidas las relaciones sexuales ilícitas
  • Están prohibidas las relaciones entre: madre-hijo, padre-hija, tío-sobrina, tía-sobrino, madrastra-hijastro, padrastro-hijastra y hermano-hermana.
  • Están permitidas las relaciones con un pariente político solo después de la muerte del familiar que establece el nexo; esto incluye cuñados y nueras.
  • Están prohibidos el adulterio, las relaciones homosexuales y lésbicas así como también el bestialismo, la pederastia y la prostitución.
  • Según los Siete Preceptos de los Hijos de Noé, se considera a una pareja casada después que hayan tenido relaciones sexuales con la intención de que se constituya en matrimonio.
  • No está permitido el divorcio salvo que se hayan agotado todas las demás alternativas y no quede otra solución.
  • A diferencia de los Hijos de Israel, los Hijos de Noé están emparentado solo por vía materna.
  • Está prohibida la castración ya sea en humano o animal.
5. Prohibido el robo
  • Está establecido que el trasgresor de este precepto debe devolver hasta lo más mínimo que haya robado no importa su poco valor.
  • No importa si se roba en secreto o abiertamente es robo.
  • Los Hijos de Noé tiene prohibido involucrarse en guerras cuyo objetivo sea la conquista de territorios.
  • Están prohibidos la usura y el sobreprecio así como poseer pesos y medidas falseadas.
  • La agresión física también es considerada robo de la dignidad y la moral del hombre.
  • La codicia también es considerad robo.
  • Si un ladrón roba a otro ladrón ambos transgreden el precepto.
6. Prohibido el comer animales vivos
  • Solo está permitido tomar la vida de un animal con el fin de alimentarse; hay que cerciorarse de su muerte antes de comerlo, es decir que no exista ningún tipo de movimiento.
  • El hombre no tiene permitido ser rapaz.
7. Se permite el establecimiento de cortes de ley
  • Toda corte de ley debe estar acorde con los Siete Preceptos de los Hijos de Noé.
  • Debido a la obligatoriedad que posee el noájida de que en su sociedad exista una corte de ley es obligatorio establecerla en la comunidad que no la posea por lo que este mandamiento se convierte en una prohibición y amerita castigo todo aquel Hijo de Noé que pudiendo no lo cumpla.
  • Solo se podrá condenar a aquellos transgresores mentalmente competentes.
  • Es deseable que ambos litigantes lleguen a un acuerdo para evitar ir a la corte.
  • En una corte de ley noájida la evidencia circunstancial es admisible.
  • La integridad e imparcialidad de un juez tiene que ser total.
  • Cada caso debe ser tratado individualmente.
  • Si una transgresión o transgresiones cometidas por un mismo transgresor amerita dos o más castigos por parte de la corte siempre se aplicará el más estricto.
  • Toda persona está obligada a brindar testimonio en la corte si posee algún conocimiento sobre la transgresión cometida.
  • Un trasgresor condenado no puede ser llamado a brindar testimonio.
  • Está prohibido ofrecer testimonio basado en rumores.
  • No pueden ofrecer testimonio en una corte de ley:
    • Esclavos (por cuanto no poseen voluntad propia).
    • Niños.
    • Deficientes mentales o locos.
    • Sordos.
    • Mudos.
    • Ciegos (aun cuando sean capaces de reconocer la voz del transgresor).
    • Personas descuidadas en el cumplimiento de los Siete Preceptos.
    • Amigos del trasgresor.
    • Cónyuges o familiares cercanos del trasgresor.
    • Alguna persona que obtenga, directa o indirectamente, beneficios con el fallo.

Otros mandamientos de la Torá tradicionalmente observados por los noájidas[editar]

  • Honrar a padre y madre.
  • Ofrecer caridad a los necesitados.

Rezos[editar]

Cuando un noájida ora, ciertamente obtiene recompensa, como aprendemos del Profeta Isaías: “Mi Morada será declarada una casa para todas las naciones del mundo” (Isaías 56:7). Aun cuando no se encuentra obligado a involucrarse en la plegaria, es evidente que un noájida cumple un precepto cuando ora.
Cuando un noájida se ve presionado por una emergencia personal, se espera definitivamente que rece a Dios. Tal plegaria demuestra una creencia básica en Dios, exhibiendo la confianza de que solo Él es Quien da el sustento y que solo El sana. Aquel que no ora a Dios en época de necesidad demuestra que no creé en El sino en otras fuerzas.
Aquí la pregunta surge: ¿Si un noájida ora solo en pensamientos merecerá recompensa o debe orar verbalmente? Concluimos que no será recompensado por una plegaria mental porque ésta no es realizada en la manera apropiada. Puesto que la plegaria establece un lazo entre el ser físico y un Dios personal, uno debe usar lo físico para crear este lazo, es decir, una plegaria verbal (moviendo los labios).
La plegaria noájida no debe consistir en meras súplicas sino que deberá también incluir alabanzas a Dios.
El acto y la experiencia de orar a Dios (y es obvio que está prohibido orar a cualquier otro ser que no sea Dios) presenta niveles sin límites. Cuando uno suplica a Dios por sus necesidades y deseos, o por ayuda en época de peligro o estrés, o cuando se realiza una plegaria profunda y meditativa (a fin de elevarse espiritualmente), es siempre una experiencia mística, una comunión con el (Mismísimo) Creador del alma de quien ora. A través de la plegaria el hombre puede despojar de su conciencia todo materialismo y asuntos físicos, separándose a sí mismo de su naturaleza animal, llegando a ser un total ser espiritual. Por intermedio de la plegaria, uno puede alcanzar un nivel cercano al de la profecía.1
Y el Rey David escribió: “Alaben al Eterno, todas las naciones, exáltenlo todos los pueblos” (Salmos 117:1). Este verso de los Salmos se refiere específicamente a los Hijos de Noé.

Sacrificios[editar]

Bases teológicas, controversia y procedimiento para el sacrificio
1. Los sacrificios animales, como ofrendas a Dios, son vistos por el hombre moderno como una práctica cruel y primitiva, lo cual contrasta con el hecho de que las almas más elevadas que han vivido (Adán y Noé; Abraham, Isaac y Jacob; Moisés y Aarón; David, Salomón y Samuel) así como miles de exaltados seres humanos, ofrecieron sacrificios animales a Dios.
La razón por la que el hombre carece de la sensibilidad y entendimiento necesarios para comprender los sacrificios animales data del período previo a la construcción del Segundo Templo. Era un tiempo en que la idolatría campeaba. Se podría decir que el hombre realmente sentía ansias de idolatría. La situación llegó a ser tan desesperada que los Sabios de Israel oraron a Dios para que removiera del hombre tal profunda compulsión por la idolatría. Cuando las oraciones fueron aceptadas, se vio estallar a un león de fuego por delante del Lugar Santísimo. Los Sabios entendieron la respuesta de Dios. Puesto que él había creado el mundo de manera que lo bueno y lo malo estuvieran perfectamente balanceados (para concederle al hombre libre albedrío), cuando el deseo por idolatría fue removido, el balance se mantuvo al quitar del hombre el entendimiento de los sacrificios.2
En resumen: ofrecer un sacrificio animal simbolizaba la subyugación y destrucción de la naturaleza animal del hombre. El animal era faenado y entonces incinerado sobre el altar, reduciéndolo a sus elementos (que ascendían a lo alto). A través de este proceso, una persona era capaz de nulificar su ser animal, acercándose entonces a Dios. De hecho, en Hebreo la palabra para sacrificio es korban que viene de la raíz karav, que quiere decir cerca, puesto que el korban acercó al hombre a Dios.3
A partir del tiempo de la destrucción del Santo Templo, se les prometió a los judíos que el estudio de las leyes referentes a los sacrificios y la oración serían aceptadas por Dios en lugar de los sacrificios (en sí mismos), como está escrito, “Rendiremos las oraciones de nuestros labios en vez del sacrificio de bueyes” (Oseas 14:3).
¿Qué hay de los Hijos de Noé? En los tiempos del Santo Templo, los justos entre ellos, quienes seguían las Siete Leyes Universales, tenían permitido residir en la tierra de Israel e ingresar al Templo para ofrecer sacrificios a Dios. Más aún, los sacerdotes judíos ofrecían sacrificios a favor de las naciones de la tierra, siendo el mejor ejemplo los setenta bueyes que se ofrecían durante la festividad de Sucot, el Festival de las Cabañas.4
Si después de la destrucción del Santo Templo los Judíos podían ofrecer sacrificios a Dios de una manera espiritual (mediante la oración y el estudio), ¿qué hay de los noájidas? ¿qué pueden hacer?
La respuesta es una gran sorpresa. A pesar de que un judío tiene prohibido ofrecer sacrificios en un lugar que no sea el Santo Templo, un noájida, en la opinión de muchas autoridades, tiene permiso para construir altares privados y presentar allí ofrendas a Dios aún hoy en día.5 6
Nota: De ninguna manera esto implica desmotivar el rezo a Dios entre los noájidas.
Aun cuando las leyes referentes a los sacrificios son realmente complejas y que, por tanto, quedan fuera del alcance de este artículo, los siguientes puntos son una breve reseña de sus principios generales.
2. Durante los tiempos en que el Santo Templo estuvo en pie en Jerusalén, un noájida tenía permiso para traer un korban olá, una ofrenda a ser consumida totalmente por el fuego.7
3. Un noájida tiene permitido presentar animales salvajes que sean espiritualmente limpios, como lo son aquellos de la familia de los venados o ciervos así como también animales domésticos espiritualmente impuros. Por espiritualmente limpios se entienden aquellos animales que tienen pezuñas partidas y rumian sus alimentos. También podría traer aves limpias, incluso gallos. Pollos y animales salvajes espiritualmente limpios son aceptables solo cuando el noájida los presenta en su altar privado.8 Cuando trae una ofrenda a Dios en el Santo Templo, deberá (sin remedio) corresponder a aquellas categorías prescritas por la Torá y la Ley Judía.
4. La ofrenda de un noájida deberá (sin remedio) tener todos sus miembros para que sea válida. Otras tachas y desfiguramientos menores no provocan la invalidez de la ofrenda. Esta indulgencia se aplica solo cuando el sacrificio es ofrecido en un altar privado. Cuando los Hijos de Noé traen sacrificios al Santo Templo, serán aceptables solo si cumplen con los criterios de una ofrenda judía.9
5. Los Hijos de Noé podrían construir altares y ofrecer sacrificios como ofrenda en cualquier lugar.
6. Uno podría ofrecer sacrificios del tipo korban olá, ofrenda encendida, como una muestra del deseo por conectarse con el Dios de Israel. Esta ofrenda es completamente consumida por el fuego y está entre lo más santo de los sacrificios. El animal recibe muerte en el lado norte del altar, y se recoge su sangre en un vaso (para el servicio) en el lado norte del altar. Su sangre es entonces salpicada hacia la esquina nororiental del altar, esparciéndola de esa manera a lo largo de las cuatro paredes. Estos sacrificios requieren que la espaldilla del animal sea entregada a los kohanim (sacerdotes judíos). La carne del animal ha de ser entonces desollada y cortada en pedazos antes de que sea completamente consumida por el fuego del altar.10
7. Puesto que la mayoría de las autoridades de hoy en día prohíben que los kohanim acepten su porción de las ofrendas sacrificiales, existe duda respecto a la permisibilidad de estos sacrificios por parte de los Hijos de Noé.
8. Quien, con conocimiento de causa, ofrece un sacrificio que carece de validez, amerita castigo.
9. Algunas autoridades sostienen que si un noájida ofrece un sacrificio de un animal que ha perdido un miembro, transgrede un mandamiento positivo; pero, no es una transgresión de una de las Siete Leyes de los Hijos de Noé (lo cual ameritaría castigo por parte de las cortes de ley).11 Otros dicen que no hay para nada transgresión, pero que el sacrificio simplemente es considerado no-válido.12

Festividades[editar]

Día séptimo (Shabat)
Un hijo de Noé no debe observar el Shabat en la forma que un judío lo hace. Un hijo de Noé no debe dar ocasión para que un judío rompa el Shabat.
Hay quienes dicen que cada no-judío que vivió en Eretz Israel en la época del Templo judío (Ger Toshav), que ha aceptado formalmente la obligación de respetar las leyes de Noé frente a una corte judía, tiene que defender y mantener el Shabat (Rashi, Kritot 9, Ievamot 40). Hay espacio para sugerir que el noájida incluso hoy en día, mediante la aceptación de cumplir los siete mandamientos, se encuentra en la misma categoría que un Ger Toshav y debe, según Rashi, respetar el Shabat
Así que se sugiere que el noájida celebre el séptimo día. Este es un día en el cual debería abstenerse de trabajar, dentro de las posibilidades.
En la víspera del sábado (viernes por la noche), los noájidas podrían tener una cena familiar festiva con comida especial y a la luz de las velas, después de la puesta del sol, en honor del Séptimo Día, como fue ordenado a Adán y a Noé. Durante la cena podrían entonar canciones para fortalecer sus creencias, incluidas las canciones acerca de la creación. Se puede leer de la Torah. No se debe llamar a este día el Shabat, pero si el "séptimo día" como está escrito en el Génesis.
En el séptimo día, si se puede arreglar sin dificultades, debe abstenerse de ir a trabajar. Si es posible, se debe ir al campo o a un parque para sentirse cerca del Creador del mundo. Si la congregación tiene una sesión de oración, se puede recitar los salmos relacionados con el día de reposo y de la creación (como el Salmo 104). También se debe estudiar porciones de la Torá vinculadas a los mandamientos de los hijos de Noé. Se puede estudiar de la porción semanal de la Torá que se lee el Shabat en las sinagogas, los temas que afectan a toda la humanidad y saltar los temas que se refieren específicamente a los judíos.
Al final del sábado (Motzai Shabat), al final del séptimo día y el comienzo de la nueva semana, se puede recitar la oración por la nueva semana (Havdalá) después de haber encendido una vela de Havdalá, dar las gracias a Dios por haber enseñado a Adán cómo hacer fuego, el cual es la fuente de toda la energía que ha permitido al hombre realizar cambios en este mundo.
Rosh Hashaná
El primer día de Tishrei es el día del juicio para todo el mundo. Este es un día en el cual uno debería abstenerse de trabajar, dentro de las posibilidades. Se podría tener una cena familiar festiva con comida especial y a la luz de las velas, después de la puesta del sol en honor a este Día El primer día de Rosh Hashaná debería ser un día de arrepentimiento y de una profunda reflexión interna acerca de lo que una persona ha hecho durante el año pasado. El Benei Noaj debe recitar una oración pidiendo que todas las personas del mundo acepten y reconozcan la verdad sobre el Dios único y verdadero.
Yom Kipur
Yom Kipur es un día de arrepentimiento. Si bien no es un ayuno para un noájida, el arrepentimiento es una necesidad para un hijo de Noé.
Sukot
Se afirma en el libro de Zacarías (14:1-21) que después de que el templo sea restaurado, durante la festividad de Sucot todas las naciones del mundo peregrinarán a Jerusalén para postrarse ante Dios.
Este es un día en el cual uno debería abstenerse de trabajar, dentro de las posibilidades. Se podría tener una cena familiar festiva con comida especial y a la luz de las velas, después de la puesta del sol en honor a este Día.
Vale la pena que una persona tome sus vacaciones durante este tiempo. De este modo, un Benei Noaj puede utilizar este tiempo libre para estudiar, para observar la naturaleza y reunirse con amigos noájidas para la oración grupal, con énfasis en la paz mundial, como lo hacía Israel cuando el Templo existía y, cuando además se realizaban sacrificios por el bienestar de todas las naciones, orando por la venida del Mesías quién va a modificar las formas del mundo.
Janukah
Los noájidas están llamados a celebrar la victoria del judaísmo sobre el helenismo, ya que, esta victoria le mostró al mundo la fuerza de la fe de los israelitas en el Dios único y verdadero, su verdadera devoción y dedicación en el mantenimiento de la Torá y sus mandamientos. Es también un momento de oración especial para la restauración del Tabernáculo, el Templo y el culto divino.
Pesaj
Pesaj es la proclamación de emancipación en primer lugar. Se aconseja que un noájida durante este día de fiesta ponga un énfasis especial en la libertad de todos los seres humanos. En la víspera del primer día de Pesaj, se sugiere que los noájidas celebren una comida festiva con matzá y vino en honor de la libertad.
Shavuot
Esta Fiesta conmemora la entrega de la Torá. En este día hubo una revelación divina y la raza humana adquirió la Torá a través de esta. En este día se podría celebrar una cena familiar festiva con comida especial y a la luz de las velas, después de la puesta del sol en honor a este Día. Este es un día que debería ser reservado para el estudio de la Torá y los mandamientos de Noé.13

Recompensa divina[editar]

Desde la perspectiva del judaísmo, estos siete preceptos son los instrumentos para que los gentiles tengan su recompensa en el Olam Haba (‘Mundo Venidero’), donde van tanto justos como pecadores, pero con la diferencia de que mientras los justos son regocijados por sus obras rectas, los pecadores son atormentados por el recuerdo de sus malas obras.
El noajismo es el «pan espiritual» propio de las personas gentiles, y las siete ley